jueves, 24 de enero de 2013

San Martín-El Bolsón


Fue algo triste despedir a todos los ciclistas del campamento, pero es inspirador ver que hay muchos locos conociendo el mundo en dos ruedas. La última noche llegó Tom, un holandés que viene rodando de Buenos Aires, cenamos juntos y decidió salir con nosotros hacia el sur, también viene Momo, la chica belga, ella salió de su país a España y cruzó el Atlántico en velero hasta Sudamérica.

Acampamos un par de noches cerca de la ruta, como de costumbre, pasando Bariloche se frenó frente a mi una camioneta con una familia argentina que Tom había conocido unas semanas atrás en La Pampa, nos invitaron a su casa a 34km de ese punto, para pasar la noche, teníamos varias horas pedaleando, así que llegamos al otro día, una vez más corrimos con suerte, el día en la casa de la familia González estuvo lloviendo. Nos recibieron como si fuéramos amigos de años, nos duchamos, platicamos con los abuelos y los niños, cenamos juntos y dormimos en el garaje. 

Al día siguiente llegamos al Bolsón, es un lugar mágico, hay músicos y artesanos por todos lados. Fuimos al cuartel de bomberos a pedir posada, nos dejaron dormir en una construcción que tienen abandonada a un costado, ahí estaba un ciclista brasileño. Nos quedamos cuatro días, llegó Alicia y después Austin (El tigre) con Moly y Coty, todos ciclistas. 

La última noche se activó la alarma del cuartel, nunca había estado tan cerca de una, el sonido nos aturdió por completo, es penetrante y agudísimo, en pocos minutos llegaron varios voluntarios y salió el camión rumbo al punto de emergencia. Al parecer fue una fuga y no pasó a mayores.












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