sábado, 16 de marzo de 2013

Ushuaia


Es un lugar de encuentro; el destino final de ciclistas, mochileros, motociclistas y todo tipo de aventureros. Fue increíble encontrarme nuevamente con gente que conocí en la ruta meses atrás y ver personajes de los que sólo había escuchado historias, como Jorge, un loco español que bajó desde Alaska. Compartimos los últimos asados, los últimos tragos, recordamos y reímos un montón juntos.

Hay muchas cosas mágicas que deja un viaje en bici, la mentalidad y forma de ver la vida cambian, queremos regresar a ser mejores, a producir algo más que dinero, a trabajar en proyectos personales sin descuidar lo más especial de esta experiencia: "buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro".

Vendí mi bici para regresar a dedo, las posibilidades de subir a un vehículo son mayores cuando cargas menos cosas. Es triste dejar el pedal pero la historia de la bici continua, Fede, el chico que la compró subirá al norte a finales de este año. 











lunes, 4 de marzo de 2013

Río Gallegos-Ushuaia


Recuerdo el primer recorrido de mi viaje en bici; de Cusco a Puno, una distancia de 400km, cuando platicaba que quería hacerlo en 4 días recibía todo tipo de advertencias. El primer día fue el más difícil, montar la bici con toda su capacidad de carga me asustó, no sabía hasta dónde ni cómo llegaría. Ni siquiera tomaba tan en serio el hecho de llegar a Ushuaia.

Ahora arranco mi último recorrido. Río Gallegos, es la capital de Santa Cruz, la última provincia conectada por tierra de La Argentina, tengo que cruzar el Estrecho de Magallanes para entrar a la Provincia de Tierra del Fuego, el extremo austral de América. A pocos kilómetros de haber comenzado frenó una camioneta frente a mi, bajó un viejo llamado Hugo, me preguntó si conocía a un ciclista brasileño que viaja con dos botes en la parte posterior, "claro que lo conozco" le dije. Me ofreció subir la bici para alcanzarlo, "él pasó por acá hace menos de media hora." dijo. A los pocos minutos lo alcanzamos, era Ney, a él lo conocí a principios de enero en el cuartel de bomberos del Bolsón. Hugo me dejó 300m adelante y me dio una bolsa con una caja de plástico, dijo que era para Ney pero que lo compartiéramos si quería.

Orillé la bici y esperé, cuando Ney me vio se acercó y nos dimos un gran abrazo, le di la caja y le dije que se la mandaba Hugo, cuando la abrió gritó de alegría, (él tenía varias semanas bajando por la Ruta 40, no podía cocinar por falta de leña y exceso de viento), adentro había un pollo delicioso, lo compartimos y seguimos juntos.

Ese día dormimos en la frontera con Chile, al día siguiente cruzamos el Estrecho de Magallanes, pedalear en Tierra de Fuego exige muchísima resistencia física y mental, el viento es implacable, hace que sólo pienses en querer terminar. Después de 5 días llegamos a Río Grande, dormimos en la playa del Club Náutico, seguimos a Tolhuin, el último pueblo antes de Ushuaia, aquí hay una casa de ciclista dentro de una panadería, pero no lo sabíamos, así que nos quedamos con los Bomberos, como siempre, nos recibieron como en casa, cuando les das las gracias te contestan: "mi trabajo es ayudar".

El 22 de febrero comenzamos el último día de pedaleo con dirección sur, la que he seguido los últimos 5 meses. Pinché 4 veces, perdí como 2 horas, Ney siguió. Crucé el paso Garibaldi, el último de la Cordillera que se puede hacer en bici, llegué a Ushuaia a las 7 de la tarde, fui directo a un restaurante, pedí una pizza familiar, dos empanadas y una Quilmes de litro. Después me alojé 2 noches en un hostel para dormir nuevamente en una cama, ahora me encuentro en un camping al pie del Glaciar Martial, disfrutando de esta ciudad, asimilando mi recorrido y recordando lo difícil que fue el primer día.







domingo, 3 de marzo de 2013

El Chaltén-Río Gallegos

Salir del Chaltén no es sencillo, varios ciclistas regresan después de tomar la ruta por las condiciones climáticas. Con viento a favor puedes avanzar a 25 ó 30 km/h sin pedalear, en contra, es un riesgo, ya que hay 100km hasta el próximo lugar donde encuentras agua. La vegetación y geografía cambian radicalmente, es seco, frío, no hay leña, ni lugares que corten el viento para acampar plácidamente.

El día que decidí salir estuvo tranqui, poco viento y despejado. Desde este punto me quedan los últimos 1000km hasta Ushuaia, tener el destino tan cerca es paradójico, quiero llegar, pero no quiero que el viaje termine, pedalear tantos días me ha enseñado mucho más de lo que esperaba, no sé si soy mejor ciclista o más hombre, pero sí me siento más humano, me he despegado de lo somero y superficial, ahora vivo con lo fundamental, lo básico.

Hay dos rutas para bajar hacia la Isla Tierra de Fuego, por Puerto Natales, Ch. o Río Gallegos, Arg. Yo tome la segunda, me llevó 4 días llegar. Río Gallegos es la capital de Santa Cruz, una ciudad carísima y no hay mucho que ver, funciona más como puerto y conexión comercial entre la isla y el norte del país, llegando, pregunté por el hotel más barato, (hace 2 meses no duermo en una cama) costaba $250 pesos arg. o sea como 60 dólares, así que fui a una YPF (gasolinera) y pedí permiso para poner la tienda junto a los camiones que ahí paran. Sólo descansaré una mañana para hacer compras y continuar al sur.








martes, 26 de febrero de 2013

El Chaltén

Es una villa argentina ubicada cerca de la montaña Fitz Roy, fue fundada en 1985 para delimitar la frontera con Chile. La gente es fraternal y solidaria. Durante los 5 días que estuve aquí conocí personas que me ayudaron a soldar mi parrilla, me invitaron a comer, jugamos fútbol, ping-pong y me ofrecieron un techo si paso de regreso.

Visualmente es loquísimo, está rodeado de peñas, montañas y el Río Vueltas. Tiene una arquitectura caótica formada por cabañas de madera, remolques y colectivos hechos casas y una que otra de cemento. 

La mayoría de los turistas que pasan por aquí son montañistas, escaladores o ciclistas que vienen a desarrollar sus habilidades en una de las zonas de mayor grado de dificultad que hay en el mundo. 

Sin duda es uno de los lugares que quiero visitar nuevamente, me quedé con ganas de hacer trekking y montaña cerca del Fitz Roy.








lunes, 11 de febrero de 2013

Amigos de Patagonia.


Viajar no sólo te da experiencias y conocimientos, también amigos, y si lo haces en bicicleta se crea una relación que crece rápidamente. Compartir la comida, conocimientos de la ruta y de la bici, ayudar y escuchar. "Siempre hay algo que aprender de otro ciclista".

Cuando el camino es peligroso o muy cansado, tener un colega cerca ayuda y ayuda mucho, cuando el agua es escasa, o cuando necesitas unas pinzas que tiene otro o un tornillo, siempre existe la voluntad de ayudar. 

Ahora el camino y otras circunstancias nos han llevado a seguir por rutas diferentes, pero estas personas con las que viví pocos días, hicieron que todo fuera más fácil, más divertido y más enriquecedor.


Coyhaique-El Chalten


Retomamos la Carretera Austral, cada kilómetro más al sur hay menos gente y vehículos, pero más ciclistas, es el camino que siguen casi todos los que empiezan del sur y los últimos kilómetros de Chile para los que venimos del norte. La ruta se corta en Puerto Yungay, hay que tomar un barco para avanzar del otro lado del río, continua hasta Villa O'Higgins, y nuevamente hay que embarcarse para entrar a Argentina.

La Austral tiene lagos, ríos, montañas, glaciares, cascadas, cóndores y muchas cosas hermosas, pero 80% es ripio (terracería), el desgaste físico es mucho mayor que en asfalto y para las bicicletas igual; parrillas rotas, tornillos desaparecidos, cambios que dejan de funcionar, luego, llegando a los pueblos no hay refacciones y uno tiene que crear nuevos sistemas para continuar rodando óptimamente.

Una sorpresa agradable fue que no tuvimos más que un día lluvioso, hace un mes platiqué con ciclistas que pasaron por aquí y tuvieron un día sin lluvia, no es tan malo mientras estás pedaleando, el problema es armar la carpa, hacer la comida y luego desmontar todo cuando en la mañana sigue lloviendo.

Me siento muy afortunado por poder rodar en una ruta tan especial y muy contento por haberla terminado.









jueves, 24 de enero de 2013

El Bolsón-Coyhaique


Nos costó mucho salir del Bolsón, bajamos por la Ruta 71, después de Empuyén avanzamos por puro camino de ripio hasta el Parque Nacional Los Alerces, ahí hay zonas para acampar a orillas de los lagos, fuimos a la Playa El Frances donde la estancia es gratuita, nos encontramos nuevamente al brasileño, al Tigre, Coty y Moly.

La playa era muy linda, había una piedra donde podíamos saltar al agua y gente buena onda, muchos de Buenos Aires, decidimos quedarnos una noche más, vi varias estrellas fugaces, desde el Titicaca no había visto un cielo de noche tan espectacular.

Momo decidió separarse del grupo. Seguimos cruzando el parque hasta Trevelín y luego hacia Chile por el paso Futaleufú, después un recorrido muy pesado de 250km de ripio hasta el Parque Queluat. Entrando a Coyhaique nos encontramos con Jim de Irlanda, un ciclista de 66 años que ha recorrido mucho del mundo, fuimos a comer al restaurante del cuartel de bomberos y nos alojamos en un campamento cerca de la ciudad.







San Martín-El Bolsón


Fue algo triste despedir a todos los ciclistas del campamento, pero es inspirador ver que hay muchos locos conociendo el mundo en dos ruedas. La última noche llegó Tom, un holandés que viene rodando de Buenos Aires, cenamos juntos y decidió salir con nosotros hacia el sur, también viene Momo, la chica belga, ella salió de su país a España y cruzó el Atlántico en velero hasta Sudamérica.

Acampamos un par de noches cerca de la ruta, como de costumbre, pasando Bariloche se frenó frente a mi una camioneta con una familia argentina que Tom había conocido unas semanas atrás en La Pampa, nos invitaron a su casa a 34km de ese punto, para pasar la noche, teníamos varias horas pedaleando, así que llegamos al otro día, una vez más corrimos con suerte, el día en la casa de la familia González estuvo lloviendo. Nos recibieron como si fuéramos amigos de años, nos duchamos, platicamos con los abuelos y los niños, cenamos juntos y dormimos en el garaje. 

Al día siguiente llegamos al Bolsón, es un lugar mágico, hay músicos y artesanos por todos lados. Fuimos al cuartel de bomberos a pedir posada, nos dejaron dormir en una construcción que tienen abandonada a un costado, ahí estaba un ciclista brasileño. Nos quedamos cuatro días, llegó Alicia y después Austin (El tigre) con Moly y Coty, todos ciclistas. 

La última noche se activó la alarma del cuartel, nunca había estado tan cerca de una, el sonido nos aturdió por completo, es penetrante y agudísimo, en pocos minutos llegaron varios voluntarios y salió el camión rumbo al punto de emergencia. Al parecer fue una fuga y no pasó a mayores.