martes, 27 de noviembre de 2012

Puno-La Paz

23 de octubre, 2012


20-oct. Salí de Puno al medio día, me dirigí hacia el sureste. Es una lástima ver toda la basura que hay al bordear el lago, varios autos tiraban sus papeles a la pista, muchas gaviotas prefieren buscar desperdicios de humanos en los montones pestilentes, entre el olor y la desagradable vista de este tramo me puse de malas varios kilómetros.
Llegué a Juli (La Pequeña Roma) a las 5:30, pregunté en una tienda donde había tres mujeres y un hombre charlando por un hostal “BBB”. Me dijeron que una amiga suya tenía uno, pero que tardaría unos minutos en llegar, me ofrecieron cerveza y comenzó la entrevista, jejeje: ¿A dónde vas, de dónde vienes, por qué no usas auto, cuál es la mejor comida de México? Luego les pregunté por qué Juli es La Pequeña Roma, el caso es, que hay 4 iglesias alineadas igual que en Roma, y están conectadas subterráneamente, dicen que la gente del pueblo comenzó a cambiar de religión cuando veían que el sacerdote se pasaba de un templo a otro sin caminar por la calle.
21-oct. Retomé la carretera a las 8, después de unos minutos, me topé con otro ciclista, un Japonés de 56 años, él iba a Copacabana y venía andando muy inestable, le pregunté si estaba bien y se enojó, le pedí tomarnos una foto y me mandó al diablo, seguí mi camino. A las 12 del día crucé de nuevo con dos ciclistas, ahora Holandeses de mucho mejor humor. Su ritmo era más lento, así que los dejé.
A las 3 llegué a la frontera de Bolivia, tuve que pasar de un lado a otro 3 veces; para cambiar los soles por bolivianos, pagar una multa de 3 dólares porque mi permiso de estancia en Perú había vencido y porque al estúpido policía de se le olvidó ponerme un sello.
Avancé ya en tierra Boliviana hasta Tiahuanacu, dormí arriba de un restaurante por 25 bolivianos (36 pesos).
22-oct. Desperté a las 6, en realidad ya eran las 7 con horario de acá, a las 9 ya estaba montado en la bici, me faltaban 65km para llegar a La Paz, el camino estuvo muy pesado, subidas que pasaban los 4000 msnm. La entrada a la ciudad un poco peligrosa y después una bajada larguísima para llegar al centro. Por cierto acá no entienden cuando preguntas por “el centro”, tenía que decirles: Plaza de armas, Catedral, Iglesia principal o ya de plano, donde se quedan los turistas.
Llegué al centro a las 3, tuve el primer percance con la bici, se zafó uno de los tornillos que sostienen el equipaje en la parte trasera, afortunadamente me di cuenta de inmediato y me orillé para arreglarlo. Por cierto, no se me ha ponchada ninguna llanta.
Un agradecimiento muy especial a mi hermano El Mich, por toda la ayuda y lo que me enseñó sobre el mantenimiento del velocípedo para que aguantara estos trotes.


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